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- On octubre 18, 2025
Directrices para la Economía de la Vida (Parte Dos)
Mensajes de la Casa Universal de Justicia relacionados con la Economía
Introducción
Es una gran bendición tener la seguridad de que la guía Divina siempre está presente para ayudar a la humanidad a encontrar su camino hacia una civilización en constante avance.
Comprender la singularidad de la Casa Universal de Justicia no es fácil y explicarlo es aún más desafiante. ¿Quién está más cualificado que la propia Casa Universal de Justicia?
“The legislation enacted by the Universal House of Justice is different from interpretation. Authoritative interpretation, as uttered by ‘Abdu’lBahá and the Guardian, is a divinely guided statement of what the Word of God means. The divinely inspired legislation of the Universal House of Justice does not attempt to say what the revealed Word means—it states what must be done in cases where the revealed Text or its authoritative interpretation is not explicit. It is, therefore, on quite a different level from the Sacred Text, and the Universal House of Justice is empowered to abrogate or amend its own legislation whenever it judges the conditions make this desirable. Moreover, the attitude to legislation is different in the Bahá’í Faith. The human tendency in past Dispensations has been to want every question answered and to arrive at a binding decision affecting every small detail of belief or practice. The tendency in the Bahá’í Dispensation, from the time of Bahá’u’lláh Himself, has been to clarify the governing principles, to make binding pronouncements on details which are considered essential, but to leave a wide area to the conscience of the individual. The same tendency appears also in administrative matters. The Guardian used to state that the working of National Spiritual Assemblies should be uniform in essentials but that diversity in secondary matters was not only permissible but desirable. For this reason, a number of points are not expressed in the National Bahá’í
Constitution (the Declaration of Trust and By-Laws of National Assemblies); these are left to each National Spiritual Assembly to decide for itself”. -Casa Universal de Justicia, 3 de enero de 1982
Contribución al Fondo Bahá’í
“La Casa Universal de Justicia nunca ha llegado al extremo de decirles a los amigos que ahora es el momento de donar sus ahorros al Fondo. Establece las necesidades de la Causa y llama a los creyentes a sacrificarse, pero el grado y la forma de su sacrificio dependen de la propia fe y el buen juicio de cada creyente a la luz de sus responsabilidades. Una y otra vez en Sus Escritos, Bahá’u’lláh enfatiza la necesidad de moderación en todas las cosas, y defiende la importancia de utilizar la sabiduría en todo lo que hacemos y decimos.
A los creyentes devotos de todas las épocas les ha resultado difícil decidir qué parte de sus riquezas mundanas deberían dar a la Causa de Dios y cuánto deberían utilizar para cumplir con las muchas responsabilidades de la vida, como educar a sus hijos, prepararse para no ser una carga para los demás durante su vejez, etc. Recordarán la historia del musulmán que le preguntó a Mahoma si debía atar su camello o confiar en Dios para que no se escapara. ¡La respuesta de Mahoma fue que debía atar el camello y confiar en Dios! En esta Dispensación, mediante la institución del Ḥuqúqu’lláh, Bahá’u’lláh nos ha proporcionado una medida. Todos estamos obligados a pagar esa parte de nuestros ahorros qué es el derecho de Dios. Lo que queda después es nuestro para usarlo a nuestra propia discreción, para promover el trabajo de la Causa y para ayudar a otros menos afortunados que nosotros”. -Casa Universal de Justicia, 1 de Julio 1993 (Traducción Provisoria)
“Por lo tanto, ganarse la vida es una obligación espiritual, y uno no debe ponerse conscientemente en una posición en la que tenga que rogar a otros por apoyo material.
Es en este contexto de responsabilidad hacia uno mismo y hacia su familia que cada persona debe estimar hasta qué punto puede sacrificarse por los Fondos de la Fe. El abanico de opciones y decisiones que los creyentes pueden tomar respecto al manejo de sus finanzas personales sin poner en riesgo su seguridad futura es grande y sólo puede ser evaluado por cada individuo”. -Casa Universal de Justicia, 1 de Julio 1993 (Traducción Provisoria)
“Ésta es la necesidad inmediata. Más allá de esto, creemos que existe una necesidad mundial de valorar este principio básico de nuestra Fe: que las contribuciones al Fondo deben constituir una parte integral de la vida espiritual de cada bahá’í y ser consideradas como el cumplimiento de una obligación espiritual fundamental. En demasiados países hemos encontrado renuencia entre los maestros de la Causa a incluir, en su presentación de las Enseñanzas, el apoyo al Fondo como parte natural de la vida bahá’í. En el Kitáb-i-Aqdas, Bahá’u’lláh se refiere más de una vez a la necesidad de combinar medios espirituales y materiales para lograr los propósitos de la Fe. Shoghi Effendi, por su parte, se refirió al Fondo como el alma de la Causa.
Instamos a todos los amigos a reflexionar profundamente sobre la importancia de apoyar financieramente la Causa y sobre el efecto que las actividades bahá’ís tienen en la condición de toda la raza humana”. -Casa Universal de Justicia, 18 de Noviembre 1991 (Traducción Provisoria)
“Siguen siendo aplicables las disposiciones establecidas en la carta del 17 de julio de 1978 escrita a su Asamblea Espiritual Nacional en nombre de la Casa Universal de Justicia, incluido el principio de que es impropio que los bahá’ís soliciten fondos de no bahá’ís en nombre de la Fe para cualquier propósito.
El siguiente pasaje de la Pluma de Bahá’u’lláh: “Sería imposible concebir acto más despreciable que solicitar, en nombre del único Dios verdadero, las riquezas que poseen los hombres” indica claramente cuál es la actitud que debería tener un bahá’í.
Sin embargo, existe una amplia gama de actividades de recaudación de fondos en las que los bahá’ís pueden participar. Por ejemplo, las instituciones bahá’ís son libres de dirigirse a gobiernos o instituciones que se presentan como deseosas de financiar actividades caritativas, para solicitar subvenciones para ayudar en proyectos humanitarios específicos. Una escuela bahá’í que tenga alumnos tanto bahá’ís como no bahá’ís es libre de recaudar fondos para su propio desarrollo mediante actividades tales como conciertos, etc., o mediante llamamientos a los padres; en este caso, una institución humanitaria está claramente identificada y los fondos se recaudan en su nombre y no en nombre de la Fe. Otro ejemplo es el de un bahá’í que desea vender un artículo de su propiedad al público en general por un precio justo de mercado; es libre de utilizar las ganancias para cualquier fin que desee, incluida la contribución total o parcial al Fondo Bahá’í, siempre que no demuestre ante el público que la venta se realiza en beneficio de la Fe.
No habría ninguna objeción a que la comunidad bahá’í se uniera a otras para dar un concierto o emprender alguna otra actividad similar para recaudar fondos para una organización benéfica que lo merezca. Esas actividades o incluso la realización de donaciones para labores humanitarias deberían ser, y deberían considerarse, actos de asistencia y cooperación sinceras. Al optar por participar en dicha recaudación de fondos, una comunidad bahá’í necesitaría asegurarse de que ayudar a la organización benéfica no tenga implicaciones políticas partidistas ni propósitos de apoyo contrarios a los intereses de la Fe. Necesitaría vigilar cuidadosamente que su participación en tales actividades no desvíe sus energías del trabajo vital de enseñar la Fe y consolidar sus Instituciones”. -Casa Universal de Justicia, Departamento de Secretaría, 20 de Agosto 1987 (Traducción Provisoria)
“La presente carta y el memorándum de observaciones adjunto se dirigen principalmente a las Asambleas Espirituales Nacionales cuyas comunidades incluyen un gran número de personas materialmente pobres, pero en la medida en que los principios expresados, a diferencia de algunos de los procedimientos sugeridos, son de aplicación universal A todas las Asambleas Nacionales.
Hay un aspecto profundo en la relación entre un creyente y el Fondo, que es válido independientemente de su condición económica. Cuando un alma humana acepta a Bahá’u’lláh como la Manifestación de Dios para esta edad y entra en la Alianza divina, esa alma debe traer progresivamente su vida entera en armonía con el propósito divino – se convierte en un compañero de trabajo en la Causa de Dios y recibe la generosidad de poder dedicar sus bienes materiales, por muy escasos que sean, a la obra de la Fe.
Dar al Fondo, por lo tanto, es un privilegio espiritual no abierto a aquellos que no han aceptado Bahá’u’lláh, del cual ningún creyente debe negarse a sí mismo. Es a la vez una responsabilidad y una fuente de recompensa. Este es un aspecto de la Causa que, creemos, es una parte esencial de la enseñanza básica y la profundización de los nuevos creyentes. La importancia de la contribución reside en el grado de sacrificio del dador, el espíritu de devoción con que se hace la contribución y la unidad de los amigos en este servicio; Éstos atraen las confirmaciones de Dios y realzan la dignidad y el auto-respeto de los individuos y de la comunidad”. -Casa Universal de Justicia, 7 de Agosto 1985 (Traducción Provisoria)
“Un requisito primordial para todos los que tienen la responsabilidad del cuidado de los fondos de la Fe es la confiabilidad. Ésta, como ha subrayado Bahá’u’lláh, es una de las virtudes humanas más básicas y vitales, y su ejercicio tiene una influencia directa y profunda en la voluntad de los creyentes de contribuir al Fondo.
Las condiciones varían de un país a otro y, por lo tanto, al educar a los creyentes y desarrollar el Fondo, cada Asamblea Espiritual Nacional necesita adaptar sus acciones a las condiciones de su área de jurisdicción.
En muchas partes del mundo, las donaciones de productos y artesanías pueden ser una gran fuente potencial de donaciones periódicas y bien podrían fomentarse, tomando las medidas adecuadas para su recolección, venta y disposición de las ganancias”. -Casa Universal de Justicia, 7 de Agosto 1985 (Traducción Provisoria)
Delegación del Financiamiento
“Del mismo modo como alguien delega en otra persona para que enseñe en su lugar, cubriendo a ese fin los gastos de un pionero o maestro, igualmente puede delegar en un maestro para que preste servicios en un instituto, pues, por descontado, se trata de un maestro de maestros. A tal objeto, los creyentes pueden contribuir al Fondo Bahá’í Continental, además de a los Fondos locales, nacionales e internacionales, identificando debidamente su propósito”. -Casa Universal de Justicia, Ridván 1996
“Administrar un presupuesto proporcionado por el Fondo Internacional Bahá’í, asignando dinero del mismo para el desarrollo de institutos, la implementación de diversos tipos de proyectos de enseñanza, la producción y distribución de literatura y materiales audiovisuales, así como las operaciones de la Junta Continental de Consejeros. Administrar también los gastos del Fondo Internacional de Diputación y asegurarse que los pioneros y los maestros itinerantes se desplieguen en áreas necesitadas, con la ayuda de los Comités Continentales de Pioneros, cuyo trabajo dirige”. -Casa Universal de Justicia, 10 de Julio 1998 (Traducción Provisoria)
“Aclaramos que designar a un maestro que sirviera en un instituto sería una forma de cumplir con esta responsabilidad e indicamos que los amigos podrían contribuir al Fondo Bahá’í Continental, así como a los Fondos Local, Nacional e Internacional, para este propósito”. -Casa Universal de Justicia, 6 de Agosto 1996 (Traducción Provisoria)
Crisis Económica
“Durante el mismo lapso, se han acumulado en continentes diversos casos de convulsión política y crisis económica que han sacudido a gobiernos y pueblos. Hay sociedades que han sido puestas al borde de la insurrección, y en casos notables llevadas a la revolución misma. Los dirigentes se están dando cuenta de que ni las armas ni las riquezas garantizan la seguridad. Allá donde las aspiraciones del pueblo han permanecido incumplidas se acumulan reservas de indignación. Evocamos las inequívocas amonestaciones de Bahá’u’lláh a los gobernantes de la tierra: «Vuestros pueblos son vuestros tesoros. Tened cuidado, no sea que vuestro dominio viole los mandamientos de Dios y entreguéis a vuestros protegidos a manos del ladrón». Una advertencia: no importa qué tan fascinante sea el espectáculo del fervor de las personas por el cambio, se debe recordar que hay intereses que manipulan el curso de los acontecimientos. Y que mientras el remedio prescrito por el Médico divino no sea administrado, las tribulaciones de esta época persistirán y se agravarán. Quienquiera que observe el momento presente con atención advertirá fácilmente la desintegración acelerada, esporádica pero inexorable, de un orden mundial deplorablemente defectuoso”. -Casa Universal de Justicia, Ridván 2010
“Uno de los signos del colapso de la sociedad en todas partes del mundo es la erosión de la confianza y la colaboración entre el individuo y las instituciones de gobierno. En muchas naciones el proceso electoral ha quedado desacreditado debido a la corrupción endémica. A la creciente desconfianza en un proceso tan vital contribuyen la influencia en el resultado de intereses creados que tienen acceso a fondos generosos, las restricciones a la libertad de elección inherentes al sistema de partidos y la distorsión en la percepción pública de los candidatos por el sesgo expresado en los medios. La apatía, la alienación y la desilusión también son una consecuencia, al igual que un creciente sentimiento de desesperación ante la improbabilidad de que surjan los ciudadanos más capaces para hacer frente a los múltiples problemas de un orden social defectuoso. En todas partes es evidente el anhelo de instituciones que imparten justicia, disipen la opresión y fomenten una unidad duradera entre los elementos dispares de la sociedad”. -Casa Universal de Justicia, 25 de Marzo 2007 (Traducción Provisoria)
“No hay necesidad de comentar por extenso la impotencia de los estadistas, otro de los
temas abordados tan magistralmente por el Guardián en sus cartas del Orden Mundial. La brecha económica que divide cada vez más a ricos y pobres, la persistencia de ancestrales animosidades entre las naciones, los números cada vez mayores de desplazados, el extraordinario aumento del crimen y la violencia organizados, la sensación dominante de inseguridad, la quiebra de servicios básicos en tantas regiones, la explotación indiscriminada de los recursos naturales, éstos son sólo
algunos de los signos de la incapacidad de los líderes mundiales para concebir planes viables que alivien los males de la humanidad. Con ello no quiere decirse que no se estén haciendo esfuerzos sinceros, o que, en efecto, éstos no se hayan multiplicado decenio tras decenio”. -Casa Universal de Justicia, Ridván 2006
“El mundo en el que se desarrollan nuestros esfuerzos también está experimentando cambios profundos. Por un lado, la vasta red de agencias e individuos que promueven el entendimiento y la cooperación entre diversos pueblos afirma cada vez más poderosamente el creciente reconocimiento de que “la Tierra es un solo país, y la humanidad sus ciudadanos”. Por otro lado, es igualmente claro que el mundo está atravesando un período de parálisis social, tiranía y anarquía, un período marcado por el descuido generalizado de la responsabilidad tanto gubernamental como personal, cuyas consecuencias finales nadie en la tierra puede prever. El efecto de ambos acontecimientos, como también señaló Shoghi Effendi, será despertar en los corazones de quienes comparten este planeta con nosotros un anhelo de unidad y justicia que sólo puede satisfacerse mediante la Causa de Dios”. -Casa Universal de Justicia, 24 de Mayo 2001 (Traducción Provisoria)
“Las crisis económicas, de las que se ha informado tan ampliamente, parecen destinadas a empeorar aún más, pero ni el problema económico ni otros igualmente acuciantes a los que se enfrenta la humanidad se podrán acabar de resolver a menos que las naciones y los pueblos presten la debida consideración a la Causa de Bahá’u’lláh y a menos que reciba el apoyo material adecuado de sus adherentes declarados. Que los amigos de todas partes consideren individualmente y junto con sus instituciones bahá’ís, despreocupados de las incertidumbres, los peligros y los apuros económicos que afligen a las naciones, lo que ahora tienen que hacer todos y cada uno para cumplir esta responsabilidad ineludible y sagrada que recae sobre ellos”. -Casa Universal de Justicia, Ridván 1993
- By Badi Shams
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