Sugerencias economicas practicas para un nuevo sistema economico (Tercera Parte)

Las sugerencias que siguen, basadas en los Escritos bahá’ís, quizá le permitan activar algunos de esos cambios fundamentales en su carácter y en sus actividades económicas diarias.

Quizá le parezca que esta lista es abrumadora y no se sienta capaz de poner en práctica todas las sugerencias que se aplican a su situación. Pero conviene que recuerde que lo que importa no son los resultados sino lo sincero de sus esfuerzos. Es la pureza de intención lo que cuenta.

  1. Céntrese en las cuestiones importantes de la vida. Tras responder a las preguntas “¿quién soy yo? y “¿cuál es el propósito de mi vida?”, deberá responder a la igualmente importante cuestión “¿cuánto es lo bastante?”. Uno de los mayores escollos con el que solemos toparnos consiste en que no tenemos oportunidad de comprender lo que constituye el propósito de nuestra vida. Nos hallamos tan absortos en nuestras tareas que ni siquiera nos preguntamos cuánto dinero ha de bastarnos. ¿Cuánto necesitamos para llevar una vida fecunda? Practique el contento. La vida nos distrae impidiéndonos formularnos algunas preguntas fundamentales. Las respuestas a estas preguntas podrán guiarnos a lo largo de las pruebas y dificultades que han de jalonar nuestra vida

2. Lleve una vida sencilla como la de ‘Abdu’l-Bahá. Llevar una vida sencilla aporta serenidad y elimina algunas de las distracciones que nos desvían de nuestra senda vital. Numerosos estudios indican que la simplicidad reduce los agobios de la vida y crea una sensación de libertad frente a la carga de las posesiones materiales. Ya existe un movimiento social denominado «simplicidad voluntaria» que anima a las personas a llevar adelante una vida sencilla. Hay ventajas en llevar una vida sencilla. Y es una decisión que han adoptado muchas personas con múltiples quehaceres de los que ocuparse.

3.  Cambie de mentalidad. Le urge creer que es usted en esencia un ser espiritual y que cuenta con un propósito espiritual en la vida. Necesita dar un propósito espiritual a su vida y cumplir su destino espiritual. Comprendido esto, actuar en consecuencia resulta mucho más eficaz y fácil. Esta mentalidad le ayudará a plantearse su vida material de forma saludable. Todo cambio requiere en primer lugar un cambio de mentalidad

4. Pague el precio justo. Si usted cree que el precio es demasiado bajo, pague más de lo que se le pide. El Báb llevó este principio a la práctica cuando ejercía como comerciante. Una de las prácticas más bellas relacionadas con la actividad económica es el compromiso de las personas justas por hacer caso omiso de los precios existentes y desembolsar una cantidad mayor si ése es el precio que se considera justo.

5. Comparta los beneficios con sus empleados. Abdu’l-Bahá nos ha enseñado cuán importante es que los trabajadores tengan parte de los beneficios. Existen otras formas de contribuir en esa misma línea. Proporcione seguro médico a sus empleados. Deles apoyo emocional y físico. Dedicarles atención es un privilegio y una oportunidad de servirles. Procurar esa clase de oportunidades constituye un acto maravilloso

6. Pague salarios justos, no basados en lo que la sociedad dicta. No hay razón para ceñirse al salario mínimo. Los Escritos Bahá’ís aportan directrices destinadas a asegurar que pagamos lo que sintamos en conciencia que es justo. Nada debería impedir que paguemos más de lo que en conciencia creemos que es justo.

7. Sea honrado en sus transacciones. Presente las cosas con todos los hechos explicados. En nuestra sociedad, tendemos a tergiversar la información sobre el producto, o dar sólo la información justa para presentarlo a la mejor luz posible. La honradez es la base de todas las virtudes. Cuando venda un vehículo, vivienda u otras posesiones, claramente describa su estado real. Mencionar los puntos negativos sobre el coche o la casa no es un error. Créame, yo mismo lo he hecho y me ha ayudado a conseguir un buen precio.

8. Ofrezca un servicio de la mejor calidad o el mejor producto posible, y hágalo con espíritu de servicio. Tenemos el privilegio de contar con la garantía de que si hacemos un trabajo bien hecho, habremos realizado un acto de adoración

9. Convierta la satisfacción de su cliente en una meta. El trabajo consiste en mucho más que en simplemente ganar dinero. Es una gran satisfacción que el cliente se sienta feliz y que uno mismo haya desempeñado su parte en ello. Sentirse orgulloso del trabajo bien realizado constituye una bendición que millones de personas no ven cumplida. Consiguen dinero, pero no se sienten felices ni satisfechos en su fuero interno.

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